miércoles, 12 de diciembre de 2012

INVOLUCIÓN



He atravesado el puente entre dos mundos paralelos, siguiendo el indeleble rastro de tu aroma. Escapando de un mundo donde el tiempo va en retroceso. Involución de almas sobre verdades vagabundas. Un mundo donde las mismas bestias le temen a la insaciable sed de hambre del hombre. Genomas humanos corroídos por la grasa del capitalismo. Una atmósfera pestilente donde sólo se respira estiércol, pero ella me ha mostrado el camino. Estoy cansado de vivir en un mundo de bestias bípedas. Bestias sin una visión de futuro. Animales que vagan errantes bajo la inclemente incandescencia de siete soles. He pisado la sangre derramada. He visto huesos dispersos por doquier.  Se ha perdido la conciencia que regía las almas. Ahora sólo son animales perdidos. Manadas sin rumbo. Una sociedad perdida que huye. No quiere ser víctima del Flat-Line. ¿Dónde están los dioses? ¿Dónde los demonios? ¿Es éste el cielo o el infierno? Maldito hedor de los cuerpos putrefactos que se consumen en la morgue del tiempo. Ya estoy al otro lado y no pienso regresar. Tal vez sea considerado como una bestia más. Empero ella me guiará a través del camino hacia los tres soles, donde la involución de mi antigua tierra sea sólo un vago recuerdo marcado en mi piel. He aquí mis nuevos horizontes, los vestigios de sangre y violencia han sido borrados. Desde la cima de mi nueva vida puedo ver ese mundo en decadencia. Un mundo que se consume a sí mismo, condenado a desaparecer para siempre, pero ya nada de esto importa. Ella está junto a mí.

martes, 11 de diciembre de 2012

MUNDOS PARALELOS


Me he refugiado en lo profundo de un universo paralelo. Viajando entre los límites de dos mundos. No puedo hacer nada más para salvarme. Sólo me resta traspasar para siempre esa demarcación que los separa. Mi mundo está podrido. La degeneración es demasiada. Maldita involución humana. Si viviera Darwin se moriría otra vez. Una mente brillante como la suya entraría en crisis. Imposible ser coherente en este estado alterado de conciencia. Me asfixio. Me ahogo en mi propia bilis. Este “estado de las cosas” mata la sensibilidad en los humanos. Aunque casi no quedan humanos. La raza ha involucionado. Los animales rehúyen la mirada. Somos tan fieros los humanos. He visto demasiados niños despedazados en las garras de sus padres. Tantas mujeres desmenuzadas por las zarpas de otras mujeres. Mujeres luchando por el macho. Lo he visto a la inversa. Hombres territoriales marcando a su hembra con las garras. La muerte asomando en lo profundo de sus ojos animales. No resisten la fuerza en los ojos de sus presas. Tienen que darle muerte. La sangre corre lentamente por las venas, vidas coaguladas, momentos de inteligencia, apenas unos destellos en el hipotálamo demasiado embrutecido para entenderlo. Duele cruzar el umbral. Dejar atrás todo lo que se ha conocido. Abandonar mis preciadas notas. Gotas concentradas de mi alma. La llave que abre este portal. Mi regalo a ese mundo despiadado. Algo increíblemente simbólico. Tan parecido a eso de tirar perlas a los cerdos. Adiós mundo. Ahora es que empiezo a despertarme por dentro.